Paradoja del silencio
Usualmente prefiero la definición de la silla a la propia silla. Prefiero la radio a las imágenes en movimiento, pintar el cielo con palabras a mancharme las manos de pintura.
El aire ha dejado de ser elástico para llenarse de palabras estáticas sostenidas en la atmósfera. El sonido se hace materia inerte y yo me protejo de él. No me importa cómo se articula. Me protejo del ruido y me pierdo la música.
En esta ocasión, ruido y música quedan representados a través del trabalenguas que he construido en torno a la «r» que es, a mi parecer, la letra del alfabeto más ruidosa pero también más rítmica.
«Un ruidoso rumor resquebrajó la reconfortante pero farragosa rutina, irrumpiendo repentinamente como una ráfaga arrasadora.»